Por Maria Jose Cumplido
Es bien conocido el desfile de Macy’s que se realiza todos los años en EEUU, con globos gigantes de distintos sujetos y hordas de gente celebrando tal espectáculo. La idea fue exportada a Chile, en donde se cerró la Alameda de Santiago para dar paso a París Parade, el mismo concepto con otra empresa. ¿El resultado? Multitudes de gente destrozando los globos, alta presencia policial y la omisión del triste final en los medios. Al final nadie dialoga.
El problema que me causa París Parade está relacionado con la toma de espacios públicos por parte de privados. En un país donde las expresiones culturales siguen siendo de nichos y los espectáculos masivos de orden cultural son pocos, esta clase de manifestación puede llegar a ser peligrosa discursivamente. Los espacios culturales son traspasados para que las empresas generen un marketing violento disfrazado de pura buena onda.
La gente lo notó. Al principio del espectáculo se escuchaban gritos del tipo “París, bájanos el interés” o “París, no nos cobres en diciembre”. El doble discurso del desfile se hizo evidente. Una empresa que tiene endeudados a muchos chilenos presenta un espectáculo disfrazado de inversión por la cultura. Pero no, no es cultural, es puro marketing. El objetivo es netamente posicionar la marca y esa expresión, ese doble estándar de la empresa fue tan violento que la gente reaccionó.
No quiero decir con esto que ésa fue la razón de los destrozos. Confío en que el mismo grupo que gritaba fue el primero en abalanzarse sobre los globos. La masa –como diría Canetti– acopla gente, se van perdiendo un poco las razones de por qué hacerlo y al final sólo destruían. Sin embargo, el grupo que reclamaba contra la empresa París como tal, por esas deudas, esos intereses macabros, entendieron en el fondo la hipocresía detrás de sus globos gigantes. Les querían meter el dedo en la boca y no les resultó.
Horas más tarde, los medios alabaron a París. Hablaron de un gran aporte a la cultura cívica, al uso de espacios públicos y omitieron el incidente. A mi parecer, la forma cómo se desbancó todo es una protesta a estas grandes empresas tratando de vendernos sus mismas trampas con formas más digeribles. Una lástima que se quiera prohibir que la sociedad discuta.
Extraido de SENTIDOS COMUNES
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