20 de enero de 2011

Museo de la Luz: Asesinato Cultural en el Mapocho

Enviado por Sebastian Cuevas a Director de El Mostrador

Señor Director:

El día martes 4 de enero sorpresivamente comenzaron a borrarse todos los murales realizados en la ribera del río Mapocho ubicados en la comuna de Santiago. Repentinamente fue cubierto  con pintura gris el trabajo realizado por los destacados artistas Aislap, Piguan, Grin, Saile, los que con sus propios medios habían invertido tiempo y recursos en estas destacadas obras de considerables dimensiones reconocidas internacionalmente, que contribuían sustancialmente al imaginario colectivo y patrimonio de nuestra ciudad.

La acción se vincula directamente con la realización del proyecto Museo de la Luz, de la artista Catalina Rojas a inaugurar el día 18 de enero, cuyo objetivo es hacer proyecciones audiovisuales sobre la ribera del río Mapocho, por lo cual comenzó un proyecto de reordenamiento y limpieza  impulsado por la Municipalidad de Santiago y Bienes Nacionales, cuya primera acción fue borrar los murales, eliminando de esta manera un trozo de historia de nuestra ciudad.

La decisión anterior de eliminar completamente los murales evidencia  una torpeza, desconocimiento y reflejo de una política cultural sesgada proveniente por parte de las autoridade,s que apunta al detrimento de nuevas expresiones en la ciudad. Esto es injustificado ,más aun cuando los murales son de autoría de artistas cuya influencia, a su corta edad, se ha consolidado en exposiciones internacionales,  publicaciones y filmes en torno a la pintura urbana.

Estos jóvenes representan en el exterior la nueva cultura emergente de vanguardia, los próximos Matta, Dittborn y Jaar de nuestro país, que deberíamos apoyar y respaldar, ya que con sus talentos y  medios  han impulsado el reconocimiento de Santiago como una capital del graffiti y la pintura urbana, otorgándole  interés cultural y turístico. Lo lamentable es lo injustificado de la acción, ya que perfectamente para la realización del proyecto nocturno podría haber compartido espacio con los murales.

Esto lo consideramos  un verdadero asesinato cultural, ya que respaldado en razones administrativas y aprovechándose de la vulnerabilidad de estas obras, se  actuó bajo la ética  empleada en los peores momentos de nuestra historia cultural, donde eran suprimidas y castigadas todo tipo de expresiones.

Los afectados no son exclusivamente los artistas, sino nuestra ciudad, sus habitantes, la cultura, nuestro imaginario -imagen país-  y todos los que soñamos con un Santiago diverso y desarrollado culturalmente.

Sebastián Cuevas Vergara
Arquitecto, fundador de BOMB, la primera
galería de graffiti y street art en Chile.

Extraido de El Mostrador

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