El domingo 26 de febrero de 1984 quedó la cagá en Punta Arenas, como nunca había ocurrido en una visita a regiones de Pinochet en dictadura. La ciudad, al igual que ahora y por otros motivos, se movilizó y se produjo una batalla campal entre opositores y adherentes al régimen.
Ese día Pinochet encabezaba un acto militar y civil en la plaza de armas de la estratégica ciudad de Punta Arenas, cuando los manifestantes opositores a la conducción militar del país se manifestaron con gritos y pancartas. Nunca una ciudad chilena se había levantado ante la visita del dictador. “Y va a caer” y “asesino, asesino”, se escuchaban entre la multitud, que se enfrentaba a los adherentes al régimen que salieron a defender el acto.
En la ceremonia cívico-militar, Pinochet se hizo el loco y continuó saludando al mismo tiempo que marchaba a paso firme como si todo fuese una taza de leche. A sus espaldas, se enfrentaban en una batalla campal los manifestantes contra una gran cantidad de soldados conscriptos que fueron apoyados por los oficialistas de derecha y aleonados por las autoridades locales para defender la visita del generalísimo.
Los manifestantes vieron disminuidas sus fuerzas y comenzaron a ser avasallados por la mayoría de pelados con instrucción militar y gran capacidad física, que buscaban venganza por la interrupción de tan solemne acto. Al verse mermados, los integrantes del movimiento detractor se guarnecieron en la Catedral de Punta Arenas y desde allí siguieron con las consignas.
Para que no terminara todo en un baño de sangre, hubo una negociación entre las autoridades militares y los líderes políticos – sociales de la zona, facilitada por la Iglesia. Cerca de las 17 horas llegó un bus que se llevó a la mayoría de los manifestantes que estaban en la Catedral a un sector retirado de la ciudad, sin pasar por los calabozos militares.
Debido a la protección que ofreció la Iglesia a detractores del régimen, las autoridades militares sindicaron a la cúpula eclesiástica regional como instigadora del movimiento, que según la prensa de la época terminó con 16 detenidos entre los que se destacaba Carlos Mladinic, hoy asesor de José Miguel Insulza en la OEA.
*Video de Portada: “Puntarenazo: Magallanes de frente”,documental de Teresa Salinas y María Francisca Maldonado.
Extraido de THE CLINIC
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