por Claudia Canifrú
Como mujer y mamá, me interesó más de lo habitual lo que tenía que decir Ena Von Baer respecto a su desafortunada frase “prestar el cuerpo”. Leí algunas entrevistas al respecto, la vi en televisión y me pregunté porqué recresta tenía tanta difusión.
Entonces recordé que es senadora designada. Ni más ni menos.
Entonces recordé que es senadora designada. Ni más ni menos.
Ser senador debe ser la raja: miles de personas creen en ti, hacen la rayita famosa al lado de tu nombre y te vitorean al saber que sacaste una mayoría. A mi parecer es cuando realmente se vive la democracia. Obvio que después todos nos desilusionamos y andamos arrepentidos y jamás nunca nos sentimos representados, pero es otro tema.
¿Pero qué pasa cuando la directiva de tu partido político te nombra senador? Nadie te escogió, nadie fue a las urnas y nadie cree en tu proyecto. Nadie.
¿Pero qué pasa cuando la directiva de tu partido político te nombra senador? Nadie te escogió, nadie fue a las urnas y nadie cree en tu proyecto. Nadie.
Aunque nosotros, los ciudadanos de este país creyentes en la democracia, sí escuchamos lo que opinan los senadores designados. Con rabia (hablo a título personal), pero los escucho. Los veo sentados, votando. Los veo en la televisión, opinando. Entonces me pregunto: ¿no les da un poquito de vergüenza hablar cómo si representaran a un sector importante de la población? ¿No les da más vergüenza tener como compañeros de asiento a personas que sí fueron escogidos por la gente?
Supongo que la señora Ena Von Baer debe ser simpática en su casa, supongamos en un asado con amigos. Entonces no me importaría que opinara que ella es “pro vida” (como si los que estamos a favor del aborto terapéutico fuésemos “pro muerte”, como me dijo mi hermana alguna vez), que dijera que los médicos se equivocan ante un diagnóstico de un feto sin cerebro –por ejemplo- y contara esas anécdotas de su marido y sus hijos.
Pero me molesta que salga en la televisión, en los diarios y en el mundo virtual. Porque nadie votó por ella, ni ninguno de los senadores designados.
Así con nuestra democracia. Puro chipe libre.
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