De las 10 universidades que recibieron más aportes de privados en 2010, sólo una es estatal. La mayoría son instituciones conservadoras en lo valórico, liberales en lo económico y con una matrícula compuesta por alumnos de estratos altos. Las empresas donantes descuentan esos dineros de sus impuestos, en virtud de una norma promulgada por el gobierno militar, apoyando proyectos que les son afines ideológicamente con dinero que debieron haber pagado al Fisco. Conozca la nómina completa de las donaciones a universidades hechas en 2009 y 2010, entregada por el Ministerio de Educación a CIPER.
En la entrada de labiblioteca de la Universidad de Los Andes, en el campus San Carlos deApoquindo, hay una placa de agradecimiento. Tiene inscritos algunos de losapellidos de las familias que donaron dinero para su construcción: Izquierdo,Lecaros, Fernández y Garcés. El edificio de tres pisos, construido en 12.400metros cuadrados y diseñado por arquitectos norteamericanos, fue pensado paratransformarse en una de las bibliotecas más grandes y modernas de Sudamérica.El espacio tiene el sello del Opus Dei, la Prelatura fundada por José MaríaEscrivá y conocida como el reducto católico preferido por la élite económicadel país, que sigue su máxima: “buscar la santificación a través del trabajodiario”.
En la Universidad de LosAndes varios de los profesores y autoridades son miembros de la obra deEscrivá. Uno de ellos es Joaquín García-Huidobro, abogado y docente de laEscuela de Derecho, quien en el documental de Marcela Said “Opus Dei: unacruzada silenciosa” recorre los pasillos de la misma biblioteca, diciendo:
-Acá podemos notar el sellodel Opus Dei en varias cosas. Lo primero y lo más importante es que labiblioteca está limpia… A ver, ¿qué más?… Que los materiales que se utilizanestán destinados a durar.
Uno de los grandespropósitos de la Universidad de Los Andes es convertirse en una institución detradición que dure cientos de años y para eso ha diseñado una estrategia debúsqueda de donaciones que la ha llevado a liderar -según la información delMinisterio de Educación para 2009 y 2010- el ranking de las instituciones deeducación superior que recibieron más aportes de privados.
En 2009 las donaciones aesta universidad alcanzaron los $3.732 millones, mientras que en 2010 subierona $4.551 millones. La siguió de cerca la Pontificia Universidad Católica (PUC),con $3.433 millones (2009) y $4.374 millones (2010). Mientras que en el tercery cuarto lugar están: la Universidad de Chile, con $2.529 millones (2009) y $2.511 (2010), y la Universidad del Desarrollo (UDD), con $ 1. 205 millones(2009) y $ 1.214 millones (2010).
De acuerdo con estainformación, dentro de las cuatro universidades que reciben más aportes deprivados sólo hay una estatal -la Universidad de Chile- y cuatro de ellasrepresentan proyectos conservadores en lo valórico y liberales en lo económico,ambos paradigmas de la derecha gremialista. (Vea el ranking de las universidades que recibenmás donaciones y lanómina completa de las donaciones hechas a universidades en 2009 y 2010).
De las 60 universidades queoperan en el país, de acuerdo con los datos del Servicio de Información deEducación Superior (SIES), un total de 49 planteles recibieron aportes delsector privado en 2009 y la misma cifra se repitió en 2010. Así se desprende dela información proporcionada a CIPER por el Ministerio de Educación acerca delas donaciones hechas a universidades en 2009 y 2010, en respuesta a unasolicitud de acceso a información por Ley de Transparencia.
En 2009 las donacionessumaron un monto global de $14.749 millones, pero de esa cifra más de $8.370millones se dividieron entre las universidades de Los Andes, PUC, y UDD. Y elaño pasado el total de las donaciones escaló hasta $16.353 millones, de loscuales $10.139 se repartieron en el mismo trío de planteles. El sistema, en loshechos, favorece a instituciones conservadoras en lo valórico y liberales en loeconómico, todas con una matrícula mayoritariamente proveniente de estratosacomodados, con las que las grandes empresas privadas tienen más afinidadideológica.
LOSANDES: EL VALOR DE LA ORACIÓN
LOSANDES: EL VALOR DE LA ORACIÓN
El motor de las donacionesque recibe la Universidad de Los Andes es su Asociación de Amigos, la que tieneun directorio integrado por 12 personas, la mayoría empresarios de renombre,como el supernumerario del Opus Dei y fundador de la universidad, EduardoFernández León, accionista de Banmédica S.A, Inmobiliaria FFV, ENTEL y Pucobre,entre otras compañías. También participa José Antonio Garcés, accionista deEmbotelladora Andina, y Gonzalo Ibáñez Langlois, miembro de los directorios deBanmédica S.A y Molibdenos y Metales S.A (Molymet).
Francisco Lavín, directorejecutivo de la asociación y hermano del ex ministro de Educación y actualministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, explicó a CIPER que la asociaciónsesiona cada dos meses: “La rectoría determina un proyecto a financiar y eldirectorio revisa el proyecto y ve quién podría tener afinidad y quién del directoriotiene llegada con esas personas o empresas para hacer la campaña”.
Gracias a estos contactos,la universidad pasó de funcionar en los ‘90 en una pequeña casa cerca delParque Bustamante a tener hoy un campus propio en San Carlos de Apoquindo. “Elterreno del campus y los edificios de las facultades de Humanidades y Cienciasfueron producto de las donaciones. Mientras que la biblioteca fue mitaddonación y mitad crédito”, señala Lavín.
La Universidad de los Andeses una de las pocas instituciones que recibe grandes sumas de dinero depersonas naturales. La donación más alta que recibió el 2009 fueron milmillones de pesos aportados por Carmen Izquierdo Menéndez, hermana de MatíasIzquierdo Menéndez, uno de los fundadores de la universidad y miembro deldirectorio de su Asociación de Amigos. Mientras que el empresario EduardoFernández León aportó a título personal $549.536.886 y su esposa Valerie McAuliffe otros $338.931.053. El 2010, en tanto, quien lideró las donaciones fueJosé Antonio Garcés con $877.045.800, seguido de Elina Gianoli, quien donó $850millones. Esta última es una mujer de negocios -según Lavín- que vive enUruguay y tiene importantes inversiones en empresas chilenas, como Molymet.
- Elina Gianoli hizo unaporte muy importante para la biblioteca -dice el hermano del ministro yexplica que el contacto con ella se hizo a través de Gonzalo Ibáñez Langlois,miembro del directorio de Molymet y de la Asociación de Amigos.
Hoy todos los aportes estánconcentrados en otro proyecto ambicioso: la clínica de la universidad, queempezó a construirse en mayo pasado y que contará con 55 mil metros cuadradosque estarán listos durante el primer semestre del 2013.
El dinero de las donacionesno sólo va a infraestructura, sino también a investigaciones y becas. Lavínexplica que hace un tiempo la universidad decidió abrir tres fondos deinversión para capitalizar las donaciones recibidas en estas tres líneas “yempezamos a vivir de los intereses, concretamente para efectos de becas y deinvestigación. El tema de infraestructura es tan grande que se lo come todo”.
Hace un año y medio, dosempresas se adjudicaron -vía licitación- la administración de estos fondos: IMTrust, uno de cuyos socios principales es Guillermo Tagle Quiroz, ex directivodel Consejo Parroquial de la Iglesia El Bosque bajo la tutela de Karadima; yLarraín Vial, esta última además es otro de sus donantes. Esta empresa donó, através de Larraín Vial S.A. Corredora de Bolsa, $253.050.820 en 2009 y otros$214.260.600 en 2010. A esto se suman los aportes realizados por Larraín VialServicios Profesionales Ltda., que aportó $167.299.380 en 2009 y $214.260.600en 2010.
Además de estas cuantiosascifras hay otras que corresponden a las donaciones en UF que mensualmenteaportan las más de 350 personas que integran la Asociación de Amigos. Estosmiembros tienen derecho a una credencial con beneficios -que les otorga laAsociación luego de seis meses de aportes- como acceso a préstamos de libros enla biblioteca, 20% de descuento en postgrados, postítulos y diplomados, 10% dedescuento en Chocolates Bozzo, rebajas en la suscripción anual de la revistas Capital,Hacer Familia y ED, además de un precio especial para alojar en la cadenahotelera Holiday Inn Express a lo largo de todo Chile y Buenos Aires, entreotros incentivos.
Sin las donaciones, Lavínreconoce que la universidad podría mantenerse, perfectamente con los arancelesy matrículas. Sin embargo, lo que se perdería sería “la posibilidad de crecer”,dice, y crear proyectos ambiciosos, como la clínica y la biblioteca. Es por esoque en un futuro la universidad apuesta a aumentar sus donaciones ocupando lafórmula de Harvard, cuyos egresados aportan con dinero a la universidad ymueven sus contactos laborales para conseguir recursos.
Pese a que Lavín sabe quemuchas de las donaciones se deben al entusiasmo que genera la universidad entrelos empresarios, pues, según dice, la ven como un espacio donde se formarán“sus futuros ejecutivos”, a su juicio hay otro componente, uno más importante,que propicia las donaciones:
-Rezamos mucho. Yo rezotodos los días por esta cuestión. Porque aquí hay algo que al final mueve a lagente a dar. Acá hay un efecto divino porque esta cosa no es tan soloeconómica, también es del corazón y quien remueve los corazones para nosotroses Dios.
ESCONDIDA:MECENAS DE LA UNIVERSIDAD TRADICIONAL
ESCONDIDA:MECENAS DE LA UNIVERSIDAD TRADICIONAL
En la detallada nómina queel Ministerio de Educación entregó a CIPER con todas las donaciones recibidaspor universidades en 2009 y 2010, aparecen aportes a la Universidad de Chiletan elevados como los que registra la Universidad de Los Andes. Pero esa es laúnica universidad estatal que se ubica entre las diez instituciones querecibieron más aportes de empresas privadas el 2010.
En efecto, en 2009 elplantel laico recibió de parte de Minera Escondida -la cuprífera de capitalesaustralianos que controla BHP Billinton- cuatro aportes que alcanzaron los$1.167 millones. El 2010, en tanto, la misma empresa donó otros cuatro montos ala Casa de Bello que completaron los $1.224 millones. A través de sudepartamento de prensa, Escondida señaló que estas donaciones se hacen desde2007 al proyecto académico Magíster en Gestión para la Globalización el que fue“gestado entre la compañía y el Departamento de Ingeniería Industrial de la U.de Chile”.
A la fecha, más de 200alumnos han sido becados por Minera Escondida para seguir el programa demagíster que incluye un semestre de estudios en la Universidad de Chile, dossemestres de preparación en negocios en el extranjero y una gira de estudiospara visitar empresas en China, India y Australia. Según la minera, el objetivodel proyecto es potenciar la “meritocracia”. De ahí que cerca del 80% de losseleccionados provenga de colegios subvencionados y municipalizados, los cualesen un 60% son de regiones.
Pero las donaciones deMinera Escondida son aún más abultadas, ya que en 2009 y 2010 incluyeron otrosaportes -que van desde los $2 millones a los $150 millones- destinados siemprea universidades tradicionales: Universidad Católica del Norte, Universidad deAntofagasta, Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y la Universidad deSantiago.
De acuerdo con la nóminaentregada por el Ministerio de Educación, otras compañías del rubro minerohacen aportes millonarios. Entre éstas se cuentan la Sociedad Química y Minerade Chile S.A. (Soquimich), cuyo accionista controlador es Julio Ponce Lerou,que donó $219.021.140 a la Universidad del Desarrollo en 2009, mientras queMinera Pelambres desembolsó la mayor donación que recibió la PUC ese año:$421.599.626.
El receptor final deldinero de Pelambres en la PUC fue la Facultad de Ingeniería. El vicerrectoreconómico de la universidad, Patricio Donoso, indicó que será destinado a laconstrucción de un edificio subterráneo en el campus San Joaquín, que tendrá laforma de una mina de cobre. A partir del próximo año, el Centro de Minería dela PUC estará instalado ahí y el edificio llevará el nombre de AndrónicoLuksic, fundador de la compañía donante.
LA AMPLIACARTERA DEL SANTANDER
LA AMPLIACARTERA DEL SANTANDER
En el caso de la PUC,Donoso explica que los aportes en donaciones representan menos del 2% de losingresos de la universidad, a pesar de que ocupa el segundo lugar en el rankingde recepción de aportes. Además de las donaciones destinadas a infraestructura,también reciben dineros del Banco Santander para becas. El banco del empresarioespañol Emilio Botín, que en 2009 se adjudicó la licitación para ser uno de lostres bancos que administró el Crédito con Aval del Estado (CAE) durante 2010,es una de las empresas que más aparece en el listado de las donaciones delMinisterio de Educación.
En 2009 el Banco Santanderdonó $237.764.655 a la PUC y $215.308.019 a la Universidad Andrés Bello. Entrelos otros planteles beneficiadas ese año por el banco, se cuentan laUniversidad Austral de Valdivia, la U. de Concepción, la U. TecnológicaMetropolitana (UTEM), la U. Gabriela Mistral, la U. de Viña del Mar y la U. deLos Lagos, entre otras instituciones. Mientras que en 2010 la donación de$103.949.496 que hizo el banco a la Universidad Adolfo Ibáñez, ubicó a estacasa de estudios en el sexto lugar dentro de las diez universidades másbeneficiadas por las donaciones de ese año.
Sobre estos aportes laempresa dijo a CIPER que existe un compromiso global del Grupo Santander conlas universidades, a partir de su programa de responsabilidad socialempresarial. El banco colabora con más de 900 instituciones en 15 países delmundo y los motivos los ilustra el propio Botín, quien ha dicho: “LasUniversidades son los pilares básicos en el progreso económico y social de unpaís. El compromiso institucional con la universidad constituye una de lasseñas de identidad del Santander”.
DESCONTANDOIMPUESTOS
DESCONTANDOIMPUESTOS
Tanto el Banco Santandercomo Minera Escondida, Minera Los Pelambres y las empresas amigas del Opus Dei,entre otros donantes de universidades, están descontando impuestos medianteestos aportes. Aquél es el incentivo que la Ley 18.681, herencia de ladictadura, entrega a los empresarios para que donen a institutos profesionalesy universidades, incluyendo las privadas. Además, los libera del impuesto quese debe pagar por hacer la donación. Así lo estipula el artículo 69 de la ley:
-Los contribuyentes queotorguen donaciones a las instituciones de Educación Superior acogidas a esteartículo podrán descontar de los impuestos señalados en el inciso primero hastaun 50% de dichas donaciones. No obstante lo anterior, cada contribuyente podrádescontar de sus impuestos 14.000 UTM como máximo cada año.
Según explica BorisSantander, profesor de Derecho Económico de la Universidad de Chile, a travésde esta ley la empresa alcanza “un doble beneficio, porque en la práctica sereconoce la mitad de la donación como crédito contra el impuesto de primeracategoría y la otra mitad, la ley permite rebajarla como gasto”. Es decir, enun escenario sin donación la empresa que tiene mil millones de utilidades debepagar 200 millones de impuesto a la renta (el 20% estipulado por ley). Entanto, en un escenario con donación, la empresa puede donar, de esos 200millones que debería pagar al Fisco, 100 millones a la universidad que ellaescoja. Mientras que de los otros 100 millones -que aún debe pagar comoimpuesto- la Ley 18.681 le permite descontar el 20%. Al final, en vez de pagar200 millones de impuestos, la empresa desembolsa 180 millones: 100 millones losentrega a la universidad que ella escoja y 80 millones los paga al Fisco.
Esa reducción tributaria esclave porque en vez de que el Estado decida qué hacer con el dinero que recaudapara todos los chilenos -los 100 millones que en el ejemplo anterior sedestinan a una universidad-, es la empresa privada la que decide qué hacer conese dinero según el criterio de sus dueños. Y lo que ocurre es que esos fondosterminan fortaleciendo universidades con la misma línea valórica y política deesos empresarios. Así lo explica el abogado del Banco Santander:
-Eso es lo que estáocurriendo con esta ley y uno podría criticarlo, pero por otro lado, hay muchosque piensan con buenas razones que es positivo que los que pagan impuestosdecidan a qué destinarlos. Mi punto frente a este argumento es doble: en primerlugar, puede ser bueno, pero si es así, discutámoslo, porque la sociedad no loha discutido. Y segundo, si lo discutimos, entonces pongamos atención y seamoshonestos, porque cuando revisemos lo que está pasando nos vamos a dar cuenta deque esas donaciones van a parar, generalmente, a las mismas universidades. (Veael ranking de lasempresas que más donan a las diez universidades que reciben mayores aportes particulares)
PENTA YLA U. DEL DESARROLLO
PENTA YLA U. DEL DESARROLLO
El año pasado, sin ir máslejos, sólo una universidad estatal (la Universidad de Chile) y otras tresuniversidades tradicionales (PUC, U. de Concepción y U. Católica del Norte)estuvieron dentro del ranking de las diez instituciones que recibieron másdonaciones por parte de privados. La U. de Concepción obtuvo $213.304.715 y laCatólica del Norte sumó $375.185.542. Las otras seis universidades que tuvieronmás aportes son privadas: Universidad de los Andes, U. del Desarrollo, U.Alberto Hurtado, U. Adolfo Ibáñez, U. de Ciencias de la Informática (UCINF) yla Universidad Finis Terrae. De ellas, sólo la jesuita Alberto Hurtado, imparteformación de inspiración progresista, aunque religiosa.
En síntesis, de las diezuniversidades que reciben más donaciones de particulares, sólo tres se apartande idearios más próximos al pensamiento de derecha o liberal: U. de Chile, U.de Concepción y U. Alberto Hurtado. Además, las donaciones favorecen principalmentea universidades que reciben a alumnos de los estratos socioeconómicos másacomodados. Según los datos informados por las propias universidades al ConsejoNacional de Educación (CNED), la mayoría de los estudiantes que se matricularonpor primera vez durante 2010 en la U. Adolfo Ibáñez, U. del Desarrollo y U. delos Andes, provenían de colegios particulares. En esta última de los 1.299 alumnos matriculados sólo 49 estudiaron encolegios municipales y 81 en colegios subvencionados.
Hace ya un tiempo que estastres universidades han recibido diferentes críticas por su carácter elitista.Sin embargo, fue en 2009 cuando la columna deljesuita Felipe Berríos (Ver Anexo 2) en la revista El Sábado (de El Mercurio) levantó máspolvo. En ella el sacerdote narró la visita que hizo a una de estasuniversidades de la “cota mil” y describió el silencio de sus pasillos como elde un “cementerio”, además del mar de autos apostados en sus ampliosestacionamientos, similares a los de un mall. El sacerdote puso de manifiesto la“burbuja” en que viven estos estudiantes y se preguntó:
“¿Qué visión del paístendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitariatendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablementequede también su casa y entra a esa universidad?, ¿qué diferencia hay entre unauniversidad así y un colegio particular?”.
Planteamientos como los deBerríos apuntan a que muchas de estas donaciones terminan en instituciones queentusiasman al empresariado porque sigue sus líneas valóricas y políticas. Unejemplo claro es la Universidad del Desarrollo (UDD), una fundación creada enlos 90 por un grupo de empresarios cercanos a la UDI entre los que estaban elex ministro de Educación y actual ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín,y el ministro secretario general de la Presidencia, Cristian Larroulet, ademásde los ingenieros Federico Valdés Fontaine, Alfredo Valdés Herrera y elfallecido miembro del Grupo Penta, Ernesto Silva Bafalluy.
Durante los años 2009 y2010 la UDD ha permanecido en el cuarto lugar de las universidades que captanmás donaciones, recibiendo aportes que se empinan por sobre los mil millones depesos. La mayoría de ellos han sido donados por las empresas del Grupo Penta,uno de los holdings empresariales más importantes del país en el área de lasinversiones y cuyos accionistas mayoritarios son los empresarios Carlos EugenioLavín y Carlos Alberto Délano.
No es casual que lasempresas del Grupo Penta se interesen en este proyecto. Sus accionistas tienenun estrecho vínculo con la universidad. Carlos Eugenio Lavín y Carlos AlbertoDélano son miembros del Consejo Directivo de la UDD desde sus inicios yparticipan actualmente como miembros de la fundación que le dio origen, segúnseñala el gerente general corporativo de Empresas Penta, Manuel AntonioTocornal.
El campus de la Universidaddel Desarrollo en San Carlos de Apoquindo (Av. La Plaza 686) fue vendido -segúnconsta en la inscripción del Conservador de Bienes Raíces de Santiago con fecha8 de junio de 2009- por Penta Vida Compañía de Seguros de Vida S.A. a laInmobiliaria Ainavillo S.A. el 4 de mayo de ese mismo año. Hoy es estainmobiliaria la dueña del terreno, cuyo avalúo fiscal asciende a los $1.473millones de pesos. Ambos socios, Lavín y Délano, según confirma Tocornal,poseen “un porcentaje minoritario en la Inmobiliaria Ainavillo”.
Durante 2009 el Grupo Pentadonó $560 millones a la UDD. De sus empresas, fue AFP Cuprum laque más aportó: $430 millones. El resto lo sumaron Penta Vida Compañía deSeguros, con $60 millones; Isapre Vida Tres S.A., con $ 50 millones y Compañíade Seguros Generales Penta Security S.A. con $20 millones. En 2010, en tanto,el grupo hizo crecer su aporte a $675.404.191. Penta Vida Compañía de Segurosfue la que más desembolsó el año pasado: $450 millones de pesos. La siguióIsapre Vida Tres S.A., con $92.500.000; la Compañía de Seguros Generales PentaSecurity S.A., con $50 millones; Clínica Santa María S.A., con $45.404.191, eIsapre Banmédica S.A, que aportó $37.500.000.
ELCONTROL DEL MINISTERIO
ELCONTROL DEL MINISTERIO
CIPER consultó a la UDDsobre los proyectos específicos que realizó con estas donaciones del GrupoPenta. Sin embargo, en la universidad informaron que por estar en medio delproceso de reacreditación institucional no podían responder. En todo caso,sobre este punto el artículo 69 de la Ley 18.681 es claro: “Las donaciones quereciban las instituciones de Educación Superior deberán ser destinadas afinanciar la adquisición de bienes inmuebles y de equipamiento”. Y agrega:“Además, las donaciones podrán ser empleadas para financiar proyectos deinvestigación de las instituciones de Educación Superior”.
Antes de recibir cualquierdonación, las universidades deben presentar al Ministerio de Educación elproyecto a realizar con esos dineros. La cartera cumple con visar laspropuestas para evitar -en áreas como la de investigaciones- que los dinerosdonados por las empresas terminen siendo consultorías que se entregan a lasmismas compañías. Recién en el gobierno de Ricardo Lagos, en agosto de 2003, sepromulgó la Ley 19.885 que norma el buen uso de todas las donaciones que dan origena beneficios tributarios, sancionando a quienes intenten conseguircontraprestaciones o beneficios a través de sus aportes.
Benito Barros, jefe delDepartamento de Relaciones Institucionales de la División de EducaciónSuperior, explica que el ministerio, en caso de considerarlo pertinente, puederechazar el proyecto presentado por la universidad, pero una vez que se apruebasólo de forma ocasional “y aleatoria” se visitan algunas universidades y severifica que la donación esté cumpliendo su objetivo inicial (infraestructura,becas o investigaciones). En caso de encontrar alguna irregularidad, Barrosseñala que el paso a seguir es “informar al Servicio de Impuestos Internos”.Sobre si han existido o no irregularidades, el funcionario es escueto: “En miperíodo, al menos, no”. Barros asumió recién en febrero de este año.
ANEXO 1.
Gerente General Corporativo de Empresas Penta sobre aporte a la UDD: “Noha habido un fin de beneficiarse en términos económicos”
Manuel Antonio Tocornal,gerente general corporativo de Empresas Penta, no entregó montos exactos sobrelos impuestos descontados a través del uso que han hecho de la ley dedonaciones a las universidades, pero sí aceptó explicitar su interpretación dela ley:
-No es que la donación tú la hagas para abaratar impuestos. Con esta ley alfinal te sale más barato lo que donas. Si yo decido donar siempre me va acostar, pero a través del descuento del impuesto me cuesta menos. Como que elFisco me ayuda y me dice “te voy a rebajar parte de lo que donaste”. Entonces,si donó 100 a la universidad, al final me cuesta 50 y no más porque me lorebajan del impuesto.
-En ese caso, elempresario es el que decide en qué se usa la plata de los impuestos, que es delEstado.
Esos 50 que me pasó a mí, el Fisco podría haberlos gastado en cualquier otracosa, exacto. Y, efectivamente, el Fisco también se pone, pero Chile ganó 50más, porque yo puse 50 y si no hubiera hecho eso el Fisco habría tenido 50,pero no 100. Tienes el doble de recursos. Esa es la gracia.
-Pero para gastarlosen proyectos que van en la línea de la empresa y que no tienen por qué sercoincidentes con los intereses de la mayoría de los chilenos.
Decir que hay cosas mejores que hacer siempre es opinable, argumentable,válido. Podría haber una ley completamente distinta, pero ésta ha cumplido. Hasido una buena causa y más aún en el caso de la universidad porque nosotros norecibimos ni un peso ni tampoco Carlos Lavín y Carlos Délano lo reciben porfuera. No hay un negocio. Yo les he preguntado a ellos y me dicen: “De acá nosacamos nada. La universidad ha sido gastar y gastar”.
-Eso es lo que hoyestá en entredicho, porque no hay forma de fiscalizar que sea así. JoaquínLavín, cuando era ministro de Educación, dijo que había vendido su parte en laUDD y recuperó la inversión. No especificó cuándo, cuánto o cómo. Por eso,cuando hay esta sincronía de las Empresas Penta donando, mientras susaccionistas son parte de la entidad beneficiada, la fundación de la UDD,alguien podría preguntarse: ¿se están donando a sí mismos?
Sí, podría ser una pregunta.
-¿Y cuál es larespuesta?
Que no, porque todo se ha invertido en la universidad para que crezca. Y se hainvertido en cosas específicas de la universidad, como becas para losestudiantes, edificios, un laboratorio. Ha ido todo transformándose en un boloque crece y cada vez demanda más. Y bueno, los directorios de nuestras empresasen muchos casos son mixtos y les ha parecido bien, han aprobado las donacionesa la UDD dado los resultados que ha tenido y la buena causa. Acá no ha habidoun fin de beneficiarse en términos económicos. No hay ninguna información oantecedente en ese sentido.
-Pero como segenera la duda porque no están los mecanismos para fiscalizar que se cumpla conla ley que establece que las universidades sean sin fines de lucro, se requierela creación de una superintendencia. ¿Usted qué opina?
Sería muy bueno que hubiera total transparencia para decir “mira, acá esta miscanner”, y que haya una superintendencia y de esa manera exista total tranquilidad.Yo creo que todos estos ruidos son muy negativos para todos.
ANEXO 2.
Extranjero en su país
Extranjero en su país
Sábado 3 de Enero de 2009, El Mercurio
Me pregunté ¿qué visión del país tendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitaria tendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablemente quede también su casa y entra a esa universidad?
FELIPE BERRIOS S.J.
Me invitaron a exponer en un programa de posgrado de una universidad que queda cerca de la cota mil de la cordillera santiaguina. Acepté de inmediato, pues era una novedad ser invitado a esa universidad y tenía ganas de conocerla. Además, para ese día estaba anunciada una protesta estudiantil en varias ciudades del país así que probablemente la actividad laboral sería poca.
Un universitario voluntario en un campamento, y que conocía el lugar adonde iba, me ayudó dibujándome un improvisado mapa para llegar. Siguiendo las indicaciones al pie de la letra tuve que atravesar el centro como me lo señalaba el dibujo para tomar una autopista expedita que atravesaba la ciudad.
Entonces me vi en medio de la revuelta estudiantil que ya se esparcía por todo el centro de la capital donde se concentran varias universidades formando verdaderos barrios universitarios. El tránsito era constantemente interrumpido y desviado tratando de capear los carros policiales que arrojaban agua y gases lacrimógenos destinados a los estudiantes pero que alcanzaban a todos. Era una verdadera batalla campal.
Abrirse paso en medio del caos fue una odisea de mucha tensión. Los lienzos y pancartas que aún estaban en pie en un lenguaje no muy académico denunciaban lo que los universitarios exigían. Los jóvenes pedían garantías para que a los estudiantes de más bajos recursos económicos no se les pusieran obstáculos monetarios para poder seguir estudiando. El torrente de autos que dificultosamente se abría paso entre piedras, agua, gritos y jóvenes corriendo en estampida me condujo milagrosamente a quedar detrás de un camión tolva. Protegido por este gigante que me servía de escudo logré alcanzar la autopista.
La excelente carretera y el certero plano me condujeron en unos veinte minutos al destino. A llegar allí, sin embargo, parecía que me había salido del país. Ni las anchas avenidas rodeadas de verde, ni las grandes playas de estacionamiento podían contener el mar de automóviles que rodeaban la universidad como un centro comercial en vísperas de Navidad.
Entrar a esa universidad era como entrar en otro mundo. No había jóvenes gritando, ni gas lacrimógeno, ni agua, ni carabineros, ni menos pancartas. Sólo un silencio de cementerio que un amable señor que me esperaba interrumpió para conducirme al lugar de la reunión. Mientras caminábamos, a través de los ventanales, se veían grupos dispersos de estudiantes que alegremente conversaban en unos cuidados jardines. Me sentía extranjero en mi propio país pues parecía que la efervescencia estudiantil que había vivido hace poco había sucedido en un lugar muy lejano.
Me pregunté ¿qué visión del país tendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitaria tendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablemente quede también su casa y entra a esa universidad?, ¿qué diferencia hay entre una universidad así y un colegio particular?, ¿bastará mirar la ciudad desde lo alto y luego enterarse de lo sucedido en ella por las noticias?, ¿será ese el lugar más adecuado para que se forme un universitario?, ¿cómo se llegará a una universidad así sin automóvil?
Si se incluyeran estas preguntas en la PSU tal vez los puntajes nacionales serían distintos.
FELIPE BERRIOS S.J.
Me invitaron a exponer en un programa de posgrado de una universidad que queda cerca de la cota mil de la cordillera santiaguina. Acepté de inmediato, pues era una novedad ser invitado a esa universidad y tenía ganas de conocerla. Además, para ese día estaba anunciada una protesta estudiantil en varias ciudades del país así que probablemente la actividad laboral sería poca.
Un universitario voluntario en un campamento, y que conocía el lugar adonde iba, me ayudó dibujándome un improvisado mapa para llegar. Siguiendo las indicaciones al pie de la letra tuve que atravesar el centro como me lo señalaba el dibujo para tomar una autopista expedita que atravesaba la ciudad.
Entonces me vi en medio de la revuelta estudiantil que ya se esparcía por todo el centro de la capital donde se concentran varias universidades formando verdaderos barrios universitarios. El tránsito era constantemente interrumpido y desviado tratando de capear los carros policiales que arrojaban agua y gases lacrimógenos destinados a los estudiantes pero que alcanzaban a todos. Era una verdadera batalla campal.
Abrirse paso en medio del caos fue una odisea de mucha tensión. Los lienzos y pancartas que aún estaban en pie en un lenguaje no muy académico denunciaban lo que los universitarios exigían. Los jóvenes pedían garantías para que a los estudiantes de más bajos recursos económicos no se les pusieran obstáculos monetarios para poder seguir estudiando. El torrente de autos que dificultosamente se abría paso entre piedras, agua, gritos y jóvenes corriendo en estampida me condujo milagrosamente a quedar detrás de un camión tolva. Protegido por este gigante que me servía de escudo logré alcanzar la autopista.
La excelente carretera y el certero plano me condujeron en unos veinte minutos al destino. A llegar allí, sin embargo, parecía que me había salido del país. Ni las anchas avenidas rodeadas de verde, ni las grandes playas de estacionamiento podían contener el mar de automóviles que rodeaban la universidad como un centro comercial en vísperas de Navidad.
Entrar a esa universidad era como entrar en otro mundo. No había jóvenes gritando, ni gas lacrimógeno, ni agua, ni carabineros, ni menos pancartas. Sólo un silencio de cementerio que un amable señor que me esperaba interrumpió para conducirme al lugar de la reunión. Mientras caminábamos, a través de los ventanales, se veían grupos dispersos de estudiantes que alegremente conversaban en unos cuidados jardines. Me sentía extranjero en mi propio país pues parecía que la efervescencia estudiantil que había vivido hace poco había sucedido en un lugar muy lejano.
Me pregunté ¿qué visión del país tendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitaria tendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablemente quede también su casa y entra a esa universidad?, ¿qué diferencia hay entre una universidad así y un colegio particular?, ¿bastará mirar la ciudad desde lo alto y luego enterarse de lo sucedido en ella por las noticias?, ¿será ese el lugar más adecuado para que se forme un universitario?, ¿cómo se llegará a una universidad así sin automóvil?
Si se incluyeran estas preguntas en la PSU tal vez los puntajes nacionales serían distintos.
Extraido de CIPER Chile
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